El inicio de las piezas tiene un ingrediente en el que predomina lo objetivo y racional, para luego en el transcurso de la ejecución de la obra dar paso a una fase más impulsiva y caótica, y que en última instancia vuelvo a ordenar. Lo inconsciente en la pintura se acaba estructurando de formas análogas a como lo hace la materia en la naturaleza. Cada pieza es un dato de un muestrario que conforma un archivo general, siempre incompleto.